BMW M1

En su época el M1 fue catalogado como un superauto exclusivo sólo accesible para unos pocos afortunados, teniendo el resto que conformarse viendo a las versiones de competición en la televisión. Debido a la normativa del Grupo 4, BMW debía producir 400 unidades de calle para poder ingresar en la competición, todo un reto de cara a la economía del fabricante alemán.

Esta es la historia, por una parte triste y por otra melancólica. A mediados de los años ‘70 cuando BMW tuvo, un sueño, que quiso convertirlo en algo masss que eso, y para no quedarse en el intento en una tragedia económica, decidió producir el doble de unidades, intentando amortizar lo máximo posible los gastos.

Además de eso, llamó a una conocida marca italiana para apoyo en el proyecto, que no fue otra que Lamborghini. Con la empresa italiana elaborando piezas del chasis y teniendo a Giugiaro (diseñador del Bugatti EB 218, Alfa 159 / Brera y GG50, entre otros), el M1 parecía ir perfectamente encaminado, siendo los propios ingenieros de BMW los que se encargasen de llevar adelante la elaboración del propulsor para el nuevo auto.

Giugiaro por su parte, basó el diseño del superdeportivo alemán en el Turbo, un antiguo prototipo que además, sirvió de inspiración para el superdeportivo que hizo en colaboración con Italdesign, el Nazca C2, y la Serie 8 de BMW.

La versión de calle montava el famosísimo 6 cilindros en línea con 3500 centímetros cúbicos de cilindrada, que rinden una potencia de 277 caballos a 6500rpm con una caja manual de 5 marchas, que lejos de quedarse corta, le permitía una velocidad máxima de 260km/h, gracias a su precisa aerodinámica. Aceleraba de 0 a 100km/h en tan sólo 5.6 segundos una cifra sorprendente para el momento.

Debido al cambio de la normativa del Grupo 4, BMW tenía un plazo máximo de 2 años, tiempo en el que sólo pudieron construir de forma artesanal 453 unidades exactas, siendo la primera entregada en Febrero de 1979 y quedando relegado en nada más que un coche debido a la exclusión del M1 del campeonato. Pero ahí no acabó todo…

BMW no se dio por vencida, y si había un supercoche que podía participar de lleno en una competición, era en las series Procar. El campeonato Procar no era otro que una serie de carreras que celebraban los pilotos de la Fórmula 1 antes de cada Gran Premio, a modo de espectáculo. En las series Procar también hubo un prototipo de Alfa Romeo con motor de Fórmula 1, pero con la finalización de estos campeonatos, nunca llegó a ver la luz en competición.

Desde entonces el M1, no ha quedado relegado en el olvido, ¡ni mucho menos! En el transcurro de la historia, hubo una modificación muy especial, que dejaba a los Procar en ropa interior, y no eran otros que los M1 Grupo 5.

¿Qué tenian los Grupo 5? No tenían mucho misterio, carrocería extremadamente ensanchada y preparada para los rallys de tierra y asfalto más escabrosos, y el secreto de su motor… 850 caballos de potencia, llegando incluso a hablerse de los 1000.



Lo demás es historia reciente, el único vehículo de BMW con motor central, y sin duda el deportivo o coupé más exclusivo que tiene y tendrá nunca la firma alemana. Si hay un coche que representa la esencia y deportividad de los años 70 y 80, ese es el M1.

Lo que sí es cierto es que a BMW le hace falta un superdeportivo para pelear en todos los segmentos contra sus principales rivales, Mercedes, Audi y Ferrari, entre otras.

Publicado por:
Jesus Agustin